miércoles, 10 de octubre de 2012

Conservar implicando: conservacionismo y comunidad

Artículo publicado en Viento Sur, sobre estrategias, conflictos y perspectivas conservacionistas en el último bosque virgen europeo:

Conservar implicando: conservacionismo y comunidad

Es un espectáculo casi violento de erupción de vida. Un manto de luz silenciosa chorrea entre las hojas que empiezan a brotar y convierte el suelo del bosque en un tapiz multicolor de formas caprichosas. El bosque primigenio es un remanso de paz interrumpida por el trotar de un grupo de ciervos, el chasquido de una rama de roble que comienza a quebrarse, el murmullo del follaje agitado por el viento de la planicie polaca.
Puszcza Białowieska, la selva de Białowieża, se encuentra dividida en términos ambientales y políticos. Una alambrada vigilada por la guardia de fronteras separa la parte polaca y la parte bielorrusa. Prohibido el paso: a personas y animales. Además de la división fronteriza, otras divisiones emergen en el bosque: la fractura entre el interés en la conservación y el derecho de la población local a explotar los recursos.

La paradoja de la madera muerta

Por muy extraño que pueda parecer, la madera muerta es el hábitat más rico en un bosque sano. Además de sus servicios más obvios, la presencia de madera muerta es fundamental para la estabilidad de la productividad del bosque así como para la acumulación de carbono. La eliminación de la madera muerta en los bosques europeos gestionados es una de las principales causas de la alarmante caída de los niveles de biodiversidad.
En el caso de Białowieża, la madera muerta contribuye con un cuarto del total de la biomasa de la reserva, oscilando entre 87 y 160 m3/ha. Dicha madera muerta cumple con una serie de funciones de extrema importancia para el bosque: aporta materia orgánica, humedad, nutrientes y lugares de regeneración para ciertas coníferas; sirve de cobijo para distintas criaturas que crecen, se alimentan o ponen nidos en la madera; proporciona una fuente de alimentos para insectos , así como para hongos y bacterias; protege al bosque de la erosión superficial; a largo plazo es fuente de carbono para el entorno, etc. Podemos afirmar sin lugar a dudas que perder madera muerta es perder vida.

Los subterfugios legales y el necesario equilibrio

Toda la madera que recogemos proviene de árboles talados por razones ecológicas y de protección”, asegura Anna Malinowska, portavoz del servicio forestal polaco. Los ecologistas polacos (y un servidor, testigo presencial) no están de acuerdo /1. El uso de excusas como la “gestión sostenible del bosque” o el “peligro de daños a los excursionistas por maderas caídas” cae en saco roto al observarse la explotación a pequeña escala, pero incesante, de los recursos madereros del bosque. No es extraño toparse con áreas clareadas en las que todos los árboles han sido cortados para “permitir el desarrollo normal del bosque”. Tampoco es extraño encontrarse (de hecho ocurre en casi cada camino) con pilas de madera preparada para el transporte después de haber sido sacada del bosque y acondicionada para su uso. ¿Cómo afecta dicha tala a la fauna y la flora? En la actualidad existen pocos informes al respecto, pero los que existen no dejan lugar a dudas: no demasiado positivamente. Un ejemplo claro es el descenso de hasta un 30% en poblaciones de aves como el pico dorsiblanco en las zonas de bosque gestionado, en comparación con las zonas no gestionadas. Pero si se cuenta con los datos ¿qué impide imponer mayores medidas de protección?.
A los ojos de los conservacionistas polacos, se imponen criterios electoralistas. En el bosque o en las zonas colindantes hay decenas de aldeas con miles de habitantes que viven en estrecho contacto con la realidad del mismo, como atestigua la presencia constante de grandes pilas de madera en las puertas de las casas. Una parte importante de los habitantes de la región trabajan o han trabajado como guardias forestales o silvicultores y aseguran que ellos, mejor que nadie, saben cuidar del bosque y necesitan de él para poder seguir como siempre.
Los críticos con las posiciones de las comunidades locales se encargan de recordar que, como siempre, significaría en realidad un impacto mucho menor que el que puede producirse en la actualidad, debido a las restricciones de acceso al bosque que -recordemos- imponían los monarcas y zares, así como a las herramientas existentes a principios del siglo veinte, que nada tienen que ver con las modernas sierras mecánicas y cortasetos. Los conservacionistas se oponen a la visión utilitarista del bosque y, sin rechazar un uso moderado de los recursos, esgrimen su argumento más potente: una vez que se pierda el bosque primario como ente completamente virgen, será irrecuperable. La virginidad es una condición de eliminación, una vez perdida, se pierde para siempre. El profesor Tomasz Wesołowski lo explica de otro modo. El telescopio espacial Hubble ha revolucionado el mundo de los estudios astronómicos. Białowieża es el Hubble de la ecología y la biología. En caso de desastre, se puede construir otro Hubble. En caso de desastre, perderíamos Białowieża y sería irreemplazable.

Realidad y desafíos

El debate en Polonia roza el problema histórico. En un país con relativamente poco patrimonio cultural, Białowieża es visto como un tesoro nacional que pertenece a todas y todos los polacos. Esta circunstancia hace que, pese a que la gran mayoría de la población está de acuerdo en que los habitantes del bosque deberían tener algo que decir al respecto de los límites de la conservación, también aprueben un mayor nivel de protección para el mismo, considerando injusto e incluso inmoral (términos que difícilmente se utilizarían en otro estado europeo) permitir la degradación de la Puszcza. Si bien la necesidad de erradicar las prácticas ilegales está fuera de toda discusión, es necesario encontrar mecanismos participativos que consigan un acercamiento de los habitantes del bosque a las posiciones de los conservacionistas, asegurando la integración de las comunidades locales en futuros planes de desarrollo y expansión de las áreas de protección.
Es un espectáculo casi violento de erupción de vida. El bosque refleja, en parte, el espíritu del pueblo polaco: calmado, paciente, tranquilo; ha sufrido, pero también ha aprendido a perpetuarse. Se sabe cambiado, pero se reconoce incluso tras el paso del tiempo. Białowieża es una joya. Una joya que muchos disfrutan a diario, pero nos pertenece a todas y todos.

 Daniel Alcalde Güelfo

9/10/2012


Notas

/1 Para mas información:
http://www.ecologiablog.com/post/4394/greenpeace-a-la-defensa-de-bialowieza-el-ultimo-bosque-primitivo-de-europa

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